Monday, September 8, 2008

Cigarros del demonio

La gente tiene esta extraña costumbre de que cuando me ve fumar me regala cigarros. A pesar de ser un fumador muuuuuuuy, muuuuuuy, muy, pero muy casual (o sea que prácticamente no fumo, nunca lo he hecho periódicamente y hay lapsos de tiempo realmente largos entre fumada y fumada), a lo largo de mi vida, me hice de una colección muy amplia de cajetillas de cigarros, de las cuales, yo sólo compré un par.

El sábado mi hermano y yo nos acabamos dicha colección, lo cual me dejó con un tremendo dolor de cabeza de dos días y contando, y la convicción de no volver a fumar. Digo no me será muy difícil porque, como mencioné antes, prácticamente no fumo. Pero como me conosco y sé que con unas copas encima mis convicciones pasan a chingar a su madre, espero que si te pido un cigarro, lo único que reciba de tu parte sea una patada en las bolas. Si no, puedes dejar de considerarte mi amigo.

Lo cual me recuerda que esta semana no comeré carne de res. El sabado fui a la carne asada de Mákar y no comí carne pueden creerlo. Pero bueno, espero la misma clase de respuesta que con los cigarros si llego a pedir un pedazo de carne.

Noviembre

No hay ningún comentario jocoso

Post a Comment